Dónde comer
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Punto de encuentro por su proximidad al Monasterio de los monjes de Silos, este lugar encierra el encanto castellano mezclado con el sabor de sus tapas, raciones, bocadillos... etc.
Un lugar para dar descanso a sus sentidos. Reponga sus fuerzas para seguir contemplando la belleza de los encantos del lugar.
Destaca el trato familiar y cercano de la familia y de todo el equipo de trabajadores del Hotel Santo Domingo de Silos.La cafetería es el centro neurálgico del hotel. Desde aquí también se puede acceder a los salones y al amplio recibidor de la zona nueva del hotel. Es un lugar que conecta con todos los servicios del hotel.
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Con capacidad para unos 120 comensales, este acogedor comedor dispone de un salón muy generoso, con unos murales/vidrieras alegóricos al Monasterio de Silos, al destierro del Cid, a santo Domingo y a la matanza, el ambiente invita a la fiesta de la pitanza.
Sus puertas vidriadas y con las vigas de madera noble, el techo-artesonado neomudéjar y los marcos de madera castellana, conjugan con la piedra y el Ciprés de Silos que nos contempla desde su emplomado vidrio.
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El establecimiento dispone de un servicio de restaurante con menú diario o a la carta, llamado el Mudéjar por su decoración. Sabemos que su visita a Santo Domingo de Silos requerirá de un descanso para comer bien, reponer fuerzas y continuar admirando las maravillas del entorno.
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Es el comedor más grande que dispone el Hotel Santo Domingo de Silos. En él pueden albergarse hasta 330 comensales, lo que no es poco. Es el marco ideal para una boda inolvidable, pues la puesta en escena le transportará a un escenario castellano de recio abolengo y tradición milenaria.
Llamado así por una construcción que, adosada a una pared, imita el claustro románico del Monasterio, este comedor también baraja mesas y tarimas para conseguir que cada boda sea diferente de las otras. Las vidrieras nos envuelven y acompañan en este banquete nupcial, con sus formas que nos recuerdan monjes y piedras del siglo XI, imágenes históricas y tradicionales de la zona.
Adosado al comedor, un patio con un pequeño jardín infantil, para que los más pequeños no se vean marginados por adultos en estas celebraciones tan remarcadas. Aquí, además, al finalizar la comida, es donde usualmente se celebra el baile posterior al ágape nupcial.
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La provincia de Burgos tiene una gastronomía nada desdeñable, y muchos de sus tradicionales platos ya son populares en toda Castilla y León, o en el resto del Estado español. El célebre queso de Burgos no tiene nada que ver con el que acostumbramos a comprar enlatado. Las morcillas de arroz son una delicia, y tanto el cordero, cabrito y cochinillo asados son un clásico. Las verduras o las patatas, las legumbres o el cordero, las carnes rojas y la caza se convierten en estas tierras en manjares de dioses, esperando tan sólo al cautivo visitante que quiera degustarlas.
En el Hotel santo Domingo de Silos va a encontrar mucha de esta tradición gastronómica y culinaria de las tierras burgalesas. Todo ello aderezado y adobado como sólo una tradición ancestral puede servirlo, con los ingredientes naturales y de toda la vida.
El picadillo le asombrará por su color y por su sabor, alejado de colorantes artificiales y con un gusto a matanza de aldea. La morcilla y el lomo de la casa le atraerán por su olor y su cadencia en el paladar. El asado y la sopa castellana, le harán recordar que se encuentra usted en tierras de el Cid. Las alubias rojas de Ibeas le harán dudar de si antes había probado algo parecido en alguna parte.
Los postres, como colofón a toda buena cocina, van a desplegar su buen quehacer en la cocina tradicional de antaño, como el arroz con leche o la cuajada. Y todo ello regado con buenos caldos de la zona como un buen Ribera del Duero, un Pesquera o un inolvidable Arlanza.